Una historia en Semana Santa: Un beso y un adiós


Vive en el Polígono. En el barrio “B”. Le dieron este piso cuando la echaron de la vivienda de alquiler de la calle Cerrajería con balcones a Sierpes. Eso ocurrió hace unos diez años. Ahora tiene ochenta y algo y vive sola. Desde que la arrancaron de su piso del centro le quitaron media vida. Primero fue ella la que se quiso acostumbrar al autobús pero sus piernas no estaban por la labor. Hace ocho años que no ve ningún paso.
  • Cuando llegan estos días, entre idas y venidas al ambulatorio, no se olvida de sus días de gozo. Bajo su balcón pasaban todos los pasos. El lunes santo era el día en el que salía la Virgen que hizo su hermano Rafael. El piso era una feria de gente desde que llegaba el misterio del Beso de Judas hasta que se despedía la Virgen de las Aguas del Museo. Ahora, y a pesar de la diabetes, se hace su bandeja de torrijas y un puñado de pestiños. Los justos para ella sola y para la vecina que le va por los mandados. No le falta en la mesa de noche el platito con las ramitas de azahar. Así olía el Tiro de Línea y el Barrio León cuando por la noche, nada más pasar el Museo, se iban a ver las entradas del Cautivo y de San Gonzalo. Su televisor es ahora el balcón. Esta mañana sin embargo todo va a ser distinto. En la Parroquia de la calle de al lado, aquí en el Polígono, sale por primera vez la cofradía del barrio.
  • Ha salido con tiempo. Se ha puesto un traje que ya le queda ancho y los corales. “Allí hay que estar a las once para coger sitio” “¿A las once por Dios?” Con el café bebido ha salido de su casa. El bolso en una mano y la silla en el otro. Va a ir despacito para que no se le suba la tensión. Con lo que ella corría cuando iba con su hermano al barrio para ver La Vera Cruz y Las Penas y después también corriendo a San Bartolomé para estar en la entrada de las Aguas. Ahora lo único que corre es el tiempo que se le escapa deprisa. Ha tenido hoy esa intuición de las personas mayores que un día concreto, y sin que se sepa por qué, sienten ya próximo el viaje al otro lado. Ella sospecha que no habrá más Lunes Santos.
  • La dejan estar en primera fila. Sale la cofradía. “Hay que ver el valor que tienen esta gente para ir desde el Polígono al centro y volver...” Los ciriales del misterio se acercan a la puerta. “Vaya paso que han hecho. No que se parece al de la Amargura” Suenan las cornetas. Se alejan. Se mueve el palio y sale la Virgen del Rosario. Tuvo los ojos verdes como ella. “Qué hermosura, si mi hermano hubiera estado vivo...”
  • Se marcha a su casa con el bolso y la silla. Se queda mirando el manto de la Virgen. Traga saliva mientras le manda un beso con la mano. Apenas le queda voz para musitar, “Adios Rosario; llámame cuando quieras...”
Original en pasionsevilla.tv.

2 comentarios:

  1. Butzer Says:

    Vaya, no sé por qué tenía problemas para entrar en tu blog...xd
    Solucionado. A ver si escribes un poco más...xd
    Saludos.

    Posted on 24 de marzo de 2008, 20:21  

    manulissen Says:

    Gracias por acordarte de mí, Butzer. Tengo muchos artículos en la recámara, pero es que estoy emperrado en conseguir una cosa "fuera de los blogs" y hasta que no la consiga no me voy a quedar tranquilo.

    Ya te contaré.

    Un abrazo.

    Posted on 25 de marzo de 2008, 10:56